Los resfriados y la gripe son más comunes durante los meses de otoño e invierno, o cuando se producen cambios bruscos de temperatura. Aunque ambas enfermedades son de origen vírico, entre ellas hay algunas diferencias que conviene tener en cuenta. Por ejemplo, la gripe suele cursar con fiebre y dolor muscular o articular, mientras que estos síntomas suelen estar ausentes en el resfriado.
En ambos casos el tratamiento es sintomático e individualizado para cada persona . El seguimiento de algunas medidas higiénicas y de estilo de vida pueden ser de gran ayuda en la prevención y el tratamiento.
Cómo evitar el contagio
– Lavarse las manos con frecuencia
– Utilizar pañuelos desechables
– Taparse la nariz y boca al toser y estornudar
– No permanecer en lugares cerrados con ambiente cargado
Algunas recomendaciones
– Protegerse del frío y de los cambios bruscos de temperatura, pues pueden favorecer las infecciones víricas
– Evitar el consumo de alcohol y tabaco
– Aumentar la ingestión de líquidos
– Reposo
– Dieta ligera
Lo que no debe hacerse
– Tomar antibióticos, salvo prescripción médica
– Automedicarse sin consultar al médico o farmacéutico, especialmente si toma otros medicamentos
Vacunas
No hay vacunas para el resfriado. La vacuna de la gripe previene la gripe, pero no el resfriado. Los virus gripales cambian continuamente. Por esta razón hay que vacunarse cada año, ya que la vacuna se prepara para protegerse contra los virus que llegarán aquel invierno.
El período ideal para vacunarse es el comprendido entre los meses de octubre y noviembre.
Deja una respuesta